¡PERDÓNAME!
Viví en tu corazón, coral remoto,
el mío sigue preso
de tus redes;
pescaste mi
pasión, con tu ancla puedes
anillarlo a tus
olas, dulce loto.
Despierta en mí el
recuerdo, rezo y voto,
esclavo del ayer y a sus mercedes
esclavo del ayer y a sus mercedes
hoy trepo como vid
por tus paredes
penando por las
savias de tu coto.
Embriaguen tus
lunares nuestro cielo
regresen tus
caricias a mi vuelo
ausente del sabor
de tu melena.
Perdóname mujer si
fui cadena
levante ala de
halcón esta condena
y torne calidez mi
desconsuelo.
Aborojuan, julio veinte doce.
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