sábado, 7 de noviembre de 2020

Boda anunciada

 

BODA ANUNCIADA                     

  
                   I

Diamantes y azucenas

bombón de nanas,

su sabroso amorío

perlas de nata.

Encaje almidonado,

joven enagua,

debajo del vestido

la flor más guapa.

La camisa el gachó

desbotonada

dentro del pantalón

de gruesa pana.

Marchan los hombres prestos

para la fragua

otros ganan el campo,

mula y azada.

Asomado a la esquina

tras verde zarza

el gitanillo inmóvil

hoy no trabaja.

En la rueda del día

ni hambre ni hamaca

acecha la ventura:

ver a su amada.

Colgada del balcón

tierna mirada

buscando los volantes

de aquella falda.




                 II

Se ha marchitado el sol

los perros ladran

al enseñar la luna

su cuerpo plata.

A la sombra del sueño

no montó cama,

con el fusil del viento

hizo la guardia.

Los astros le dijeron

que a la mañana

sabrá que ella ha soñado

llevar su espada.

El sol lo zarandea

sin palangana.
Ella un delantal limpio

ató a su espalda.

Lo descubrió en sus ojos

por la ventana

detrás de cortinas

de la alborada.

“Se ha pasado la noche

vagando en calma”

le contaron las flores

de la albahaca.

“La duda no te engañe

vuela en sus alas,

sus flechas son Cupido

tú eres la diana”.


               III

Él se acercó al brocal

lavó su cara

y se puso bien puesta

su honesta capa.

En la reja del patio

la voz temblaba

mientras le declaraba

sus esperanzas.

Ella notó un revuelo

por sus entrañas

consintió su cabeza

muda su habla.

Compartiendo el dulzor,

roja manzana,

se le abrieron las suertes

de la palabra.

- Luego vendrá mi padre

en yegua blanca

a la hora en que el sol

pronto se apaga.

Ven a pedir mi mano

con tu templanza,

él es corazón ancho

de mente sabia.

Seguro le aparece

quizás la lágrima

y un poco de sudor

por sus dos palmas.


        

                 IV

Llegó con su voz firme

camisa clara

y un racimo de estrellas

de amor y nácar.

- Permítanos, buen padre

de sienes canas

calzar en nuestros dedos

dos alianzas.

- Será verbena el pueblo

cante y guitarra,

como prueba de honra

mancha en la sábana.

¡Dé su consentimiento!

gritó la plaza

derraman sus alforjas

amor y jarras.

-- Me pides el arroyo

que me de al agua

tomad mis bendiciones

sé que te ama.

 

-- Me lo contó la reja

con la voz gacha:

su hierro enternecía

con vuestras charlas.

 

-- Repiquen hierbabuena

vuestras campanas

y no aniden su rostro

las hierbas malas.



domingo, 9 de agosto de 2020

No dejo nada. Concha Vilches

 

Varios vídeos






 

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viernes, 7 de agosto de 2020

Apenas una sombra de Mar blanco

 

Desde Zaragoza ha llagado a mis manos el poemario “Apenas una sombra” de la escritora Mar Blanco. Persona insertada por pleno derecho y con implicación continua en el mundo literario de Aragón.

Trae en su alforja una prolongada trayectoria en el mundo de las letras como dinamizadora cultural, colaboradora de proyectos colectivos y autora de una novela, un libro de relatos y otros cuatro poemarios que preceden a este “Apenas una sombra” que acaba de verla luz con su publicación.
Nos encontramos, por tanto, en las coordenadas de una madurez poética y literaria de suficiente bagaje como para poder hablar de Poesía con mayúsculas.

Mi primera parada la quiero hacer en el acertado título con el que Mar define el poemario, y el maravilloso asombro que me ha descubierto su lectura puesto que lejos arrojar sombras ni instalarse en la nimiedad del apenas, es una completa obra de luces sin engaños.

Casi todos sus poemas están escritos en el impersonal infinitivo con el que la autora se aleja y huye de egos y de yoes que solo satisfacen a los autores más vanos; otra cualidad – calidad que salta a la vista es la prácticamente nula utilización de adjetivos, basando el versado en el que plasma su discurso en la pureza de la idea en la que el sustantivo brilla por sí solo, sin necesidad de otros vocablos que le estorben, distorsionen, maticen o condicionen. Característica que casa perfectamente con la brevedad de los poemas y el continuo ritmo de sus versos donde aloja un continuo fluir de figuras literarias como correlato expresivo de las originales y poéticas imágenes que nos dibuja.

La autora trascendiendo de su propia experiencia vital, se aloja, trastea, hurga y araña con sus versos los inexistentes límites de la verdad y de la vida, para ofrecernos toda la sustancia de la luz en este hermoso oxímoron en que se siente lo vivido como apenas una sombra, provocando al lector una continua ascesis encaminada a la liberación del espíritu y el acercamiento al logro de lo virtuoso, hoy en día tan necesario.

En definitiva, el poemario, a mi entender, aunque su autora haya pretendido el ejercicio del desapego para no dejarse ver entre los versos, como cualquier buen poemario que se precie, es un auténtico ejercicio de inevitable laica confesión posicionándose en su entender del mundo sin pretender ni tesis doctorales ni dogmas de fe, sino expresando con calculadísimo acierto sus propios postulados con mucha más intención de desahogo que de absurdo apostolado sin sentido.
Tras estas pinceladas, fruto de mi sentir con la lectura, no quiero dejar pasar la oportunidad de afirmar que estamos ante un poemario de corte Juanramoniano en la expresión y en la pureza de su contenido con algunos guiños también a don Antonio -Machado por supuesto- cuando nos habla del camino en el que se dibuja y se proyecta apenas una sombra

Por último, mi enhorabuena, también, a la Editorial Olifante por su apuesta y acierto de publicar el poemario e en incluir esta obra en la prestigiosa colección “Papeles de Trasmoz”, donde tienen cabida las más interesantes plumas de la actualidad aragonesa.

Por propia decisión no he querido señalar ni reseñar ninguno de los versos del poemario, con excepción de su título, para que seas tú, lector, el que los descubra y tan dignamente te alojes de ellos disfrutando en la atemporalidad del poemario de la sensibilidad de la escritora Mar Blanco con esta obra, insisto, obra completa de luces sin engaños, de título “Apenas una sombra”.

AboroJuan, agosto 2020.