jueves, 26 de noviembre de 2020
sábado, 21 de noviembre de 2020
domingo, 15 de noviembre de 2020
viernes, 13 de noviembre de 2020
martes, 10 de noviembre de 2020
sábado, 7 de noviembre de 2020
Boda anunciada
BODA ANUNCIADA
I
Diamantes
y azucenas
bombón
de nanas,
su
sabroso amorío
perlas
de nata.
Encaje
almidonado,
joven
enagua,
debajo
del vestido
la
flor más guapa.
La
camisa el gachó
desbotonada
dentro
del pantalón
de
gruesa pana.
Marchan los hombres prestos
para
la fragua
otros
ganan el campo,
mula
y azada.
Asomado
a la esquina
tras
verde zarza
el
gitanillo inmóvil
hoy
no trabaja.
En
la rueda del día
ni
hambre ni hamaca
acecha
la ventura:
ver
a su amada.
Colgada
del balcón
tierna
mirada
buscando
los volantes
de
aquella falda.
II
Se
ha marchitado el sol
los
perros ladran
al
enseñar la luna
su
cuerpo plata.
A
la sombra del sueño
no
montó cama,
con
el fusil del viento
hizo
la guardia.
Los
astros le dijeron
que
a la mañana
sabrá
que ella ha soñado
llevar
su espada.
El
sol lo zarandea
sin
palangana.
Ella un delantal limpio
ató
a su espalda.
Lo
descubrió en sus ojos
por
la ventana
detrás
de cortinas
de
la alborada.
“Se
ha pasado la noche
vagando
en calma”
le
contaron las flores
de
la albahaca.
“La
duda no te engañe
vuela
en sus alas,
sus
flechas son Cupido
tú
eres la diana”.
III
Él se acercó al brocal
lavó su cara
y se puso bien puesta
su honesta capa.
En la reja del patio
la voz temblaba
mientras le declaraba
sus esperanzas.
Ella notó un revuelo
por sus entrañas
consintió su cabeza
muda su habla.
Compartiendo el dulzor,
roja manzana,
se le abrieron las suertes
de la palabra.
- Luego vendrá mi padre
en yegua blanca
a la hora en que el sol
pronto se apaga.
Ven a pedir mi mano
con tu templanza,
él es corazón ancho
de mente sabia.
Seguro le aparece
quizás la lágrima
y un poco de sudor
por sus dos palmas.
IV
Llegó
con su voz firme
camisa
clara
y
un racimo de estrellas
de
amor y nácar.
-
Permítanos, buen padre
de
sienes canas
calzar
en nuestros dedos
dos
alianzas.
-
Será verbena el pueblo
cante
y guitarra,
como
prueba de honra
mancha
en la sábana.
¡Dé
su consentimiento!
gritó
la plaza
derraman
sus alforjas
amor
y jarras.
--
Me pides el arroyo
que
me de al agua
tomad
mis bendiciones
sé
que te ama.
--
Me lo contó la reja
con
la voz gacha:
su
hierro enternecía
con
vuestras charlas.
--
Repiquen hierbabuena
vuestras
campanas
y
no aniden su rostro
las
hierbas malas.