EL DAÑO DE LA AUSENCIA
No tengo ganas de hacer el amor
ni tengo el amor de hacer ganas.
Tampoco tengo ganas de hacer
ganas.
Marchó,
sufrí.
Se fue,
sufrí.
Se fue,
dolor.
No tengo.
No está.
No estoy. No soy.
Quizás vuelvan mañana
las ganas de tener.
Quizás, sólo quizás, si acaso él
vuelve.
Quien seguro no vuelve
Quien seguro no vuelve
es el tiempo transcurrido.
El tiempo nunca anda hacia
atrás.
El dolor, los vientos, la
lágrima y los pájaros, tampoco
Pero el perdón, sí.
Nuestras manos, huecas, siguen
llenas de esperanza.
¡Ven!
Versos de Aborojuan, julio veinte doce.
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