sábado, 30 de junio de 2012

Máscara


MÁSCARA

Asomada a mi espejo, al abrir la caja de maquillaje,
rimel, sombras y arcillas de colores 
se reían estrepitosamente de mis ojeras.

Traviesos y decididos me empaparon con sus huellas:
añejos rayos de sol, teñidos de oro, posaron en mi frente;
pómulos cercados por pétalos de rosas,
noche de luna nueva en mi mirada.
Un tobogán de blanca arcilla,
bajo negras ojivas apaisadas
en cuya oscuridad se escondieron mis pestañas,
captaba los olores del momento.

Coronada por una amalgama de plumas azabache,
los romos manantiales de  mis besos, vestidos de apetitoso grana,
posaron en mi rostro la apariencia del deseo
augurio de un éxito rotundo.

El espejo, varón, agitado, galán,
saltó de su plana frialdad
mojando mis encantos con lujuria
mientras los últimos suspiros del granate
me declaraban amor eterno.
Agradecida, le ofrecí mi brazo
y cabalgando sobre el jolgorio de nuestros ecos, 
llegamos a la fiesta. Es carnaval.              
       Aborojuan, julio veinte doce.



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