¿Dónde buscar la llave
que abre el verso y lo hace flor?
¿Dónde la llave? ¿Dónde la flor?
¿En el hambre devastadora de los
deseos?
¿En el subconsciente llorón de los sauces?
¿En el subconsciente llorón de los sauces?
¿En el pálpito acelerado de los rubores
quinceañeros?
¿En el cansado amarillo del
pergamino?
¿En la misma caricia del poema?
¿Dónde?
Romperé las esquinas de mis
bostezos,
saltaré muros de estériles
esperas,
me colaré por las pupilas del tiempo
me colaré por las pupilas del tiempo
hasta llegar más allá de los omegas
del horizonte.
Fracaso. Es inútil. Regresaré
buscándome.
Asido a mis orígenes, dentro de
mí,
en el hontanar del hueco de mi
tinaja
me abriré en la llave para
escribir la flor.
El hambre satisfecha.
Mi mirada
peina estelas de cometas
que acompañan músicas celestes. Sonrisa.
Aborojuan, agosto veinte doce.
Qué precioso escrito... Creo que la llave la tienes tú, de eso no me cabe duda alguna Aboro... florece el poema a cada palabra, rico en metáforas y sensaciones. Todo un placer leerte amigo. Va de corazón y con el agradecimiento de que nos regales este don que te dio la vida.
ResponderEliminarUn beso al vuelo:
Gaby*
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Aboro. Hacía muchísimo tiempo que no leía nada tuyo y en este tiempo te has convertido en un poeta genial. ¡Te envidio! con envida sana, mis humildes poemas se desvaneces junto a los tuyos. ¡Felicidades!
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