SEIS DE ENERO
Con sólo amanecer y un ojo abierto,
el niño bajo mantas y sonrisas
se tira de su cama, pis y prisas,
nervioso, ni dormido ni despierto.
La carta que escribió con buen acierto
repleta de deseos sin divisas
habrá de dar su fruto. Son sus risas
racimo de ilusión y desconcierto.
La casa de festejo se ha vestido,
los Reyes le han dejado su regalo
envuelto con papel y colorido.
Este año ha sido bueno, nada malo,
los Magos su palabra le han cumplido,
hoy nadie se merece un varapalo.
A mi niñez escalo.
Bien sé que lo del Rey es un invento
mas hoy quiero ser página de un cuento.
Aborojuan, en el día más mágico del año veinte-doce.
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