NAVIGABUNDO
La noche navideña el vagabundo
sumergiendo sus manos en su hastío
con cartones pelea contra el frío
y arrulla los temblores de su mundo.
Mordido por el hambre el iracundo
pordiosero detiene su navío
estrellando carencias al vacío
a la vez que al minuto y al segundo.
Él odia el escarchar de los albores
y el guiño titilante de ésa feria
de neones, guirnaldas y colores.
Su tez encallecida rota y seria
se esconde en la crueldad de sus horrores
ausentes paz y amor, sólo miseria.
Aborojuan, diciembre 2MIL11
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