domingo, 24 de agosto de 2014

DÍAS DE "PEnSIMISMO"



DÍAS DE “PEnSIMISMO”

Con mis dedos de plomo
lanzo las ansias de mi red llenas de hambre
sobre fetiches olvidados por el bostezo.

Para arrancar mis motores del letargo
necesito desayunarme todos los peces.

El episteme traicionado,
-¡quién me lo iba a decir!-
me enseña sus goteras
perdidas entre el laberinto de la conclusión,
el valor del contra recíproco
y la reducción al absurdo.

Su catarsis, catapulta de blasfemias lastimadas,
me redime de las zarpas del ábaco de la fealdad
y me devuelve a la necesidad de hurgar
en la cintura del Imperio del arte, mi único consuelo.

Los falsos itinerarios del destino
le han robado su carne a la belleza
al intentar unir los opuestos.
Menuda paradoja: al dejar sus huesos visibles,
algunos prototipos que parecían ganar terreno
se muestran paralíticos.

Obesos estómagos de fuego
comen ideas, devoran logros, anestesian pulsiones
como si se tratase de auténticas máquinas tragaperras.
¡Vaya desastre!

La diversión de los minutos se fuma cada vez menos,
se le ha perdido el respeto a la caricia,
y entre el suelo y el techo
han dejado poco sitio para el goce.

Cada vez hay más gafas de sol embarazadas
y menos luces desnudas.
Tendré que cambiar de playa.

Si no puedo soltar mis ojos de sus trampas
ni calzarme la imaginación en los bolsillos,
prefiero volver a mi cordón umbilical
a hibernar con mis poemas
hasta que el mundo, nuevamente,
apueste por lo onírico.

Aborojuan, agosto 2014.

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