domingo, 4 de marzo de 2012

Al amparo del poema


AL AMPARO DEL POEMA

He subido a la barca de tus caricias,
he navegado en la frondosidad de tu piel,
he buceado hasta el agotamiento
entre la humedad de tus pliegues.

Al final del recorrido, extenuado de tanto amor,
he varado mis apetitos a orillas de la sensatez
dándome cuenta,
tras los alborotados jadeos,
que sólo eres un poema.

Hija de la fecunda poesía,
explosiva y femenina:
tus brazos son estrofas,
tus dedos son los versos,
sus yemas, las palabras
que nuevamente me atrapan
en las redes que lanzas
desde la barca de tus caricias.

Ahora mi deseo, viejo náufrago a la deriva,
por fin se encuentra a salvo entre tus letras.

Aborojuan, febrero veinte doce.

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